Para abordar estas cuestiones fundamentales, la investigación en el CAB se centra en las siguientes áreas:
- Formación y evolución de galaxias, el medio interestelar, estrellas y planetas: Astrofísica extragaláctica y estelar, planetología comparativa y astrofísica molecular.
- Evolución y adaptación molecular: Química prebiótica; adaptación molecular de sistemas replicativos; adaptación molecular metabólica y dependiente del medio ambiente; biomarcadores moleculares.
- Evolución y caracterización de los posibles entornos habitables en el Sistema Solar: Geomicrobiología de los ambientes extremos, geología y atmósferas planetarias, y firmas ambientales y biológicas.
- Desarrollo de instrumentación avanzada: Instrumentación astronómica e instrumentación para la exploración planetaria in situ; cámaras de simulación terrestre.
El edificio e instalaciones principales del CAB están situados en el campus del INTA en Torrejón de Ardoz, y una segunda sede en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) de la ESA, ambos cerca de Madrid. El INTA, la institución española de referencia en tecnología aeroespacial, con sus casi 80 años de existencia, ofrece al CAB un entorno único en el que las sinergias surgen fácilmente. Asimismo, el estrecho contacto con el Centro de Astronomía de la ESA hace que la participación de nuestros investigadores en las misiones de la ESA sea un proceso natural y fluido.
Actualmente, el CAB cuenta con más de 150 trabajadores que incluyen 55 funcionarios, 75 empleados contratados y 25 estudiantes de doctorado. Estamos organizados funcionalmente en cuatro departamentos: Astrofísica, Evolución Molecular, Planetología y Habitabilidad, e Instrumentación Avanzada. Varios laboratorios están equipados con instalaciones e instrumentación para múltiples técnicas, tales como: bioquímica, ecología molecular, secuenciación de ADN, microbiología, geología, geomineralogía, geoquímica, química orgánica, análisis de isótopos estables, capacidades de nano dispensación y microarrays, instalaciones para la simulación de impactos de meteoritos, cámaras de simulación de alto vacío, cámaras de alta presión, una cámara medioambiental y un simulador de viento marciano, y un criostato para el desarrollo de detectores IR para aplicaciones astronómicas. El equipo altamente multidisciplinar (astrofísicos, planetólogos, geólogos, geoquímicos, químicos, geomicrobiólogos, microbiólogos moleculares, ingenieros e ingenieros de sistemas), junto con la diversidad de las instalaciones y técnicas disponibles, hacen del CAB un centro de investigación único donde la multidisciplinariedad se convierte en una verdadera transdisciplinariedad para abordar las cuestiones astrobiológicas.