La revista Astrobiology publica un trabajo liderado por investigadores del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) en el que se planeta la necesidad de buscar vida en Marte antes de que el ser humano ponga el pie por primera vez en su superficie y la contamine de manera irremediable.El tratado del Espacio Exterior de la ONU estipula lo que se conoce como «Protección Planetaria». El objetivo es evitar tanto la interferencia de la biosfera terrestre con otras posibles biosferas, como la posibilidad de que en el futuro «encontremos» vida en otros planetas que, en realidad, haya viajado a bordo de las naves enviadas desde la Tierra.
En el caso de Marte, se han etiquetado ciertas zonas del planeta como «Regiones Especiales», definidas como los lugares donde microorganismos terrestres podrían replicarse, o que incluso podrían estar habitados actualmente por vida marciana. Para permitir que las misiones procedentes de la Tierra se acerquen si quiera a estas zonas, los protocolos de Protección Planetaria exigen que los robots cumplan unos requisitos de limpieza tan estrictos que en realidad están impidiendo cualquier estrategia para buscar vida.
El mayor problema que plantea esta situación es que se agota el tiempo para buscar vida en Marte. Y eso es así porque en el momento en el que el ser humano ponga un pie en el Planeta Rojo, las políticas de Protección Planetaria, tal y como las concebimos hoy, dejarán de tener validez, pues la contaminación microbiana humana será inevitable.
Es preciso, por tanto, explorar Marte en profundidad desde un punto de vista astrobiológico, y es esencial hacerlo ya. Las políticas de Protección Planetaria deberían impulsar la exploración de Marte, no limitarla o incluso prohibirla. La alternativa de esperar hasta que veamos huellas de astronautas en suelo marciano eliminará cualquier opción de identificar vida genuina en Marte en el futuro.
Texto Figura: Esquema de los principales acontecimientos evolutivos de la vida en la Tierra, comparada con una posible historia biológica de Marte. © A. G. Fairén et al., 2017. Fuente: UCC-CAB
Fecha: 2017-09-12