Figura: Ilustración en la que se describen los posibles procesos por los que el metano podría aparecer en la atmósfera de Marte (fuentes) y eliminarse (sumideros). ©NASA/JPL/SAM-GSFC/U. Michigan.
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Un grupo de investigadores, liderado por el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA), ha comparado los datos sobre la presencia de metano en el cráter Gale de Marte obtenidos por el rover Curiosity de NASA con experimentos de transporte atmosférico basados en el modelo atmosférico marciano MRAMS. Sus resultados son compatibles con la detección del metano en el interior del cráter siempre que, además, exista un rápido, y por el momento desconocido, mecanismo de destrucción del metano cerca del suelo que explique que no sea detectado por las sondas en órbita.
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La detección de metano en el cráter Gale de Marte realizada por el instrumento TLS-SAM (Tunable Laser Spectrometer – Sample Analysis at Mars), un espectrómetro láser a bordo del rover Curiosity de NASA, fue recibida en su momento con una gran expectación, debido, sobre todo, a las implicaciones que la presencia de metano tendría en la posible existencia de organismos marcianos.
La vida fotoquímica del metano en la atmósfera es de varios centenares de años. Este tiempo es mucho mayor que la escala de tiempo de mezcla atmosférica, por lo que se considera que el gas debe de estar bien mezclado, excepto cuando se está cerca de una fuente o en breves periodos de tiempo justo después de una liberación puntual de metano. Aunque la mayoría de las mediciones indican bajos niveles de fondo, de 0,4 partes de metano por mil millones de volumen atmosférico, los aumentos detectados de varias partes por mil millones (o incluso mayor) y el posterior retorno a nivel de fondo, son difíciles de explicar.
Un grupo de investigadores, liderado por Jorge Pla-García, investigador del Centro de Astrobiología, ha comparado los datos obtenidos con TLS-SAM con experimentos de transporte atmosférico basados en el Sistema de Modelado Atmosférico Regional de Marte (MRAMS, Mars Regional Atmospheric Modeling System), un modelo de alta resolución desarrollado por Scot C. R. Rafkin, coautor de este estudio, y su equipo. El objetivo de este estudio, publicado recientemente en la revista Journal of Geophysical Research: Planets, ha sido saber la ubicación exacta de la zona de emisión, su extensión espacial, durante cuánto tiempo está siendo liberado el metano y si los modelos son consistentes con los datos obtenidos por TLS-SAM.
El escenario más plausible para reconciliar las observaciones de TLS-SAM con las simulaciones de MRAMS es una emisión continua dentro del cráter Gales con la fuente situada en las cercanías del rover, pero sería necesario un proceso de rapidísima destrucción de metano cerca del suelo que impidiera que se transportase a las capas medias/altas de la atmósfera (como predicen los modelos). «Ese desconocido mecanismo de destrucción del metano cerca del suelo reconciliaría las medidas de Curiosity con nuestras simulaciones y explicaría que la misión TGO de la ESA (en órbita en Marte) no detectara metano por encima de los 3km de altitud», explica Jorge Pla-García. Fuente: UCC-CAB
Fecha: 2019-08-19