El agua es esencial desde el punto de vista estructural y funcional para la vida. Se ha detectado agua líquida en diferentes lugares del Sistema Solar, aunque la presencia de agua líquida no es indicativa de la habitabilidad de estos lugares, dado que el agua no siempre está disponible para la vida. En Marte, donde hay amplias pruebas de la presencia de agua en el pasado y posiblemente de forma efímera en el presente, la aw de los depósitos de evaporita y salmueras en el Marte primitivo se estimó entre 0,780 y 0,860. Así mismo, se han detectado en Marte sales como NaCl, MgSO4, MgCl2, CaSO4, CaCl2 o percloratos. Estas sales se caracterizan por ser caotrópicas o cosmotrópicas. La caotropicidad es un parámetro que cuantifica la desestabilización de las macromoléculas, mientras que la cosmotropicidad se define como la capacidad de mejorar la estabilidad de las macromoléculas.
El Salar de Uyuni (SdU, Bolivia) es considerado el mayor salar de la Tierra con una alta salinidad y valores de aw entre 0,856 y 0,618. La composición química es heterogénea, siendo el contenido medio de NaCl más abundante en la zona no industrial y el contenido medio de MgCl2 y LiCl mayor en la zona industrial del SdU. El SdU está habitado por microorganismos halófilos o halotolerantes que están bien adaptados a los bajos valores de aw. Tanto el estrés osmótico como el hídrico se dan de forma concomitante en el SdU, causados por la presencia de sales cosmotrópicas y caotrópicas que limitan la vida y provocan diferencias en la diversidad entre la zona industrial y la no industrial del SdU, por lo que le hace un interesante modelo para el estudio de la habitabilidad en otras partes del Sistema Solar.