Un verano más, los futuros astrobiólogos se darán cita en la International School of Astrobiology Josep Comas i Solà, un evento que organiza el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) junto a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y el NASA Astrobiology Institute (NAI), y en el que también participa la Agencia Espacial Europea (ESA). La escuela, en su XIV edición, se centrará en el estudio de los ambientes análogos terrestres para la búsqueda de vida fuera de la Tierra.
Del 20 al 24 de junio, el Palacio de la Magdalena, en Santander, acogerá esta escuela que pretende realizar un recorrido interdisciplinar por las propiedades químicas, físicas y geológicas de los potenciales hábitats extraterrestres, así como una descripción detallada de los lugares de nuestro planeta que poseen características similares. En concreto, las clases y el resto de actividades planteadas se centrarán en los satélites helados y los cuerpos rocosos del Sistema Solar, los planetas extrasolares similares a la Tierra, y los ambientes extremos de nuestro planeta relacionados con todos ellos.
El director del Centro de Astrobiología, J. Miguel Mas Hesse, y Rory Barnes –profesor del departamento de Astronomía en el Programa de Astrobiología de la Universidad de Washington (Estados Unidos)– son los responsables de la dirección de esta escuela. Kathy Campbell (University of Auckland), Britney Schmidt (Georgia Institute of Technology), Gian Gabriele Ori (Università d’Annunzio) y Ricardo Amils (Centro de Astrobiología) serán los cuatro profesores que, cada uno desde su área, disertarán el leitmotiv de este año. Asimismo, Olga Prieta (Centro de Astrobiología) impartirá la única charla en castellano sobre divulgación con la que se concluirá esta edición.
‘Ambientes análogos terrestres para la búsqueda de vida fuera de la Tierra’
La Tierra contiene una amplia variedad y diversidad de ambientes. Muchos de ellos, aunque son hostiles para la vida de los seres humanos y están alejados de las condiciones que nos resultan más familiares, constituyen el hábitat natural de numerosas formas de vida que se denominan extremas. «La vida tiene una capacidad de adaptación extraordinaria», apunta el secretario científico de esta edición, Carlos Briones, investigador del Centro de Astrobiología. En los canales de salmuera del hielo marino, en las aguas termales ácidas o en los desiertos más secos, la vida ha encontrado una manera de crecer, prosperar y perpetuarse. Esta adaptabilidad de los seres vivos inspira a los astrobiólogos para buscar vida en entornos con condiciones extremas que se pensaban inviables para la biología.
Así, en esta escuela se estudiarán los diversos ambientes de la Tierra que pueden parecerse a los presentes, entre otros lugares, en Marte o en el satélite Europa. Las conexiones intelectuales que desarrollarán los alumnos facilitará la investigación interdisciplinar que pone a nuestro alcance el descubrimiento de vida fuera de la Tierra.Fuente: UCC-CAB