En una introducción titulada «Centro de Astrobiología: 20 Years Building Astrobiology», firmada por todos los directores del Centro a lo largo de estos años, se cuenta el origen y la historia del CAB en el contexto de las investigaciones astrobiológicas.
Además, este número contiene cuatro artículos más que ilustran la gran variedad de la investigación desarrollada actualmente en el CAB: En el primero, firmado por Izaskun Jiménez-Serra et al. se explora la presencia en el espacio de precursores y especies moleculares prebióticos clave en la denominada “hipótesis del mundo ARN” a través de observaciones profundas y de alta sensibilidad del medio interestelar y de un protosol. En el segundo, Laura García-Descalzo et al. han llevado a cabo experimentos que muestran cómo los microorganismos halofílicos y psicofrófilos pueden alterar la temperatura de fusión y congelación de las soluciones salinas y plantean su posible potencial para el campo de la astrobiología.
Laura Sánchez-García et al. muestran en el tercero de los trabajos la heterogeneidad de los perfiles de biomarcadores verticales en el muestreo aleatorio de sedimentos durante la simulación de una campaña de perforación de Marte en el análogo terrestre de Río Tinto. Este resultado indica la necesidad de disponer en exploración planetaria de un conjunto de técnicas analíticas adecuadas para la detección de biomarcadores como las utilizadas en este trabajo para la verdad en tierra y la validación de muestras recogidas con un prototipo de perforación para la exploración de Marte. Por último, Alberto G. Fairén et al. describen un nuevo concepto de instrumento en el que la microscopía, las huellas dactilares vibracionales de la espectroscopia Raman y la plasticidad de los sensores basados en la afinidad macromolecular se utilizan conjuntamente para detectar la complejidad química que podría ser de origen biológico, ya sea para Marte o en la exploración de las lunas heladas del Sistema Solar.
El futuro
El trabajo realizado con dedicación y esfuerzo, y la magnitud de los proyectos desarrollados con éxito de los últimos 20 años en el CAB han posibilitado la activa participación del centro en los principales proyectos y misiones espaciales internacionales de este siglo. Tanto es así, que su actividad ha sido reconocida por el Ministerio de Ciencia de España a través de un premio a la Excelencia Científica »María de Maeztu’‘ que ha financiado el proyecto »Evaluación de la viabilidad de la vida como un fenómeno universal a través de la exploración planetaria». Se trata de un proyecto que busca reforzar y fortalecer las sinergias entre las actuales líneas de investigación del centro y, al mismo tiempo, promover la creación de nuevas áreas de investigación, con el objetivo de que se conviertan en proyectos transdisciplinares e impactantes.
La próxima década está llena de nuevos retos y oportunidades para el Centro de Astrobiología. Los científicos de CAB tendrán una oportunidad sin precedentes de seguir la atmósfera marciana simultáneamente desde tres estaciones ambientales separadas que fueron construidas y que son o serán operadas bajo su liderazgo (REMS, TWINS y MEDA). Los científicos e ingenieros de CAB también contribuirán a la operación del instrumento RLS (Espectrómetro Láser Raman), que viajará a Marte en 2022 en la misión ExoMars de la ESA a bordo del rover Rosalind Franklin.
La llegada, en los próximos años, de la más sofisticada instrumentación astronómica hasta la fecha, ya sea en telescopios espaciales o en tierra, abrirá nuevas vías a los científicos del CAB para la investigación espacial. Especialmente relevante será la misión PLATO de la ESA, un observatorio astronómico en órbita que buscará y caracterizará exoplanetas de tipo terrestre y sus atmósferas.
Comprender los entornos potencialmente habitables de los miles de exoplanetas que se descubrirán en el futuro, además de descifrar los biomarcadores que se detecten en ellos, requiere un mayor conocimiento de los entornos análogos aquí en la Tierra con el fin de mejorar nuestra capacidad de entender cómo la vida puede vivir e interactuar con sus entornos tanto en la superficie como en el subsuelo profundo.
El CAB tiene las infraestructuras, el equipo científico y técnico y los recursos para abordar y contribuir a los principales desafíos de la astrobiología en el s. XXI.
Fuente: UCC-CAB