La Unión Astronómica Internacional (IAU) ha publicado los IAU PhD Prizes a las mejores tesis de 2021 en nueve categorías. David Barrado Navascués, Profesor de Investigación en el CAB (CSIC-INTA), ha sido galardonado con el premio a la mejor tesis en la sección «Education, Outreach and Heritage» por su trabajo «Cosmografía: la ciencia de los dos orbes».
La IAU es la organización astronómica internacional que reúne a más de 10.000 astrónomos profesionales de casi 100 países. Su misión es promover y salvaguardar la ciencia de la astronomía en todos sus aspectos mediante la cooperación internacional. La IAU también es la autoridad internacionalmente reconocida para asignar denominaciones a los cuerpos celestes y a las características de su superficie. Fundada en 1919, es el mayor organismo profesional de astrónomos del mundo.
Los IAU PhD Prizes reconocen los logros científicos más destacados en astrofísica en todo el mundo en cada una de sus divisiones y están abiertos a candidatos de cualquier país, independientemente de que éste sea miembro nacional de la IAU.
Nuestro compañero David Barrado ha recibido el premio a la mejor tesis en divulgación científica en la sección «Education, Outreach and Heritage» (División C) por su trabajo «Cosmografía: la ciencia de los dos orbes«, dirigido por la Profa. Margarita Box Amorós, y defendido en la Universidad de Alicante. Esta es su segunda tesis doctoral (la primera es de astrofísica, de 1996), esta vez en Filosofía y Letras, dentro de la disciplina de Geografía e Historia, y fue calificada con Cum Laude.
La tesis se centra en el denominada «problema de la Longitud», su papel en el descubrimiento científico a lo largo de la historia (especialmente en Occidente), y el rol que España y Portugal han jugado en este proceso, especialmente en los siglos XIV-XVIII.
El trabajo analiza la cosmografía desde sus inicios en Mesopotamia, mediante una perspectiva holística. Esta ciencia aunaba tanto el saber geográfico como el astronómico, y describía tanto el planeta (el orbe terrestre,) como su contextualización en el cosmos (su situación en el universo, en el orbe celeste). Por tanto, detalla los avances de esta disciplina científica en los distintos momentos históricos, mostrando las interconexiones entre diferentes civilizaciones pero también entre distintos momentos históricos. Como claramente indica el título de esta tesis, se trata de la historia de los dos orbes, el terrestre y el celeste, que han estado interconectados desde antes del inicio de la especulación científica en la Hélade.
La cosmografía, como disciplina del conocimiento, ha sido esencial no solo para construir la imagen mental que distintas culturas han tenido del universo, sino también como fuente de inspiración literaria. Ambos fenómenos se discuten e interpretan en este trabajo. Finalmente, se profundiza en todos los elementos que contribuyeron a la aparición de la Revolución científica de los siglos XVII y XVIII: desde la recuperación del conocimiento de la Antigüedad y la reinterpretación realizada por la civilización islámica, incluyendo sus distintos elementos, como fue el caso de la ciencia hebrea, y sin olvidar sus aportaciones originales, como el regreso, relativo, a los valores clásicos que aportó el humanismo. Incide de manera especial en el conocido como «problema de la longitud», junto con el papel que Portugal y España tuvieron en su solución, y en el tamaño y forma del planeta. El trabajo se cierra con las últimas grandes exploraciones geográficas del siglo XIX y con la ampliación del horizonte cósmico en el Sistema Solar. Por tanto, en cierta manera, se sigue cierto paralelismo con dos trabajos que fueron decisivos para la cosmografía, ambos de Claudio Ptolomeo: Geographia y Almagesto. Así, esta investigación se puede considerar un nostos, un viaje de ida y vuelta, pero en este caso intelectual, un recorrido por el conocimiento del medio, en su sentido más amplio.