El Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) ha llevado a cabo durante el mes de febrero una campaña en redes sociales que, bajo el lema “#11fCAB”, ha dado a conocer los perfiles de varias mujeres investigadoras y tecnólogas del centro. Lo ha hecho dentro del marco de celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, un día declarado por la ONU para visibilizar el trabajo de las mujeres que se dedican a las áreas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics).
El #11f pretende crear referentes femeninos para la infancia que puedan contribuir a la elección de estas áreas como carreras profesionales. Asimismo, en torno a esta fecha se desarrollan actividades con el fin de conocer los diferentes factores que afectan a la situación actual de la mujer en las áreas STEM, fomentando prácticas que conduzcan a su eliminación para alcanzar la igualdad de género en el ámbito científico. La página web 11f inició en 2016 esta campaña y ha logrado un éxito notable, centralizando la organización.
Tal y como recoge la investigadora del CAB, Ester Lázaro, en The Conversation, un estudio de la Universidad Camilo José Cela indica que, en España, solo un 4,2 de las adolescentes de 15 años prevé dedicarse profesionalmente a las áreas STEM.
“Una de las razones por las que las niñas y adolescentes pueden verse poco inclinadas hacia las carreras STEM es la falta de referentes femeninos. (…) Esta falta de referentes es una de las razones por las que iniciativas como las del 11F son tan necesarias para visibilizar la labor de las mujeres científicas”, dice Lázaro.
Las pocas mujeres líderes en ciencia
Si analizamos la distribución por género en los diferentes niveles de las escalas científicas, encontraremos una distribución que se repite en prácticamente todas las Universidades y Organismos Públicos de Investigación.
Mientras en las escalas inferiores los porcentajes de hombres y mujeres son similares, en los puestos de mayor nivel la proporción de hombres es claramente superior. Prácticamente un 80% de hombres frente al 20% de mujeres ocupan la cima de la investigación en nuestro país. Lo llaman “efecto tijera” por la forma que deja en los gráficos. El presentado a continuación ha sido extraído del informe “Científicas en Cifras” del 2021, elaborado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Reparto desigual de las tareas y el ejemplo de la pandemia
Las actividades domésticas y de atención suponen roles asumidos predominantemente por mujeres y la situación sanitaria actual ha abierto todavía más la brecha en este sentido. “La pandemia actual del coronavirus cayó como una losa en las investigadoras, agravando esta situación ya desequilibrada. Ellas están publicando menos, mientras que ellos han aumentado el número de publicaciones, como han mostrado diversos estudios. ¿Los motivos? La ya mencionada distribución desigual de liderazgo y el peso de los cuidados”, explica la periodista Leyre Flamarique, que ha participado en la elaboración de esta campaña del Centro de Astrobiología en redes sociales gracias las “Ayudas CSIC-FBBVA de Comunicación Científica”.
Estas tareas requieren tiempo y dedicación, como cualquier otro trabajo. Por ello, son necesarias medidas de conciliación eficientes.
El poder de los sesgos inconscientes
Si miramos las estadísticas de los galardones más prestigiosos del mundo, los premios Nobel, desde principios del siglo pasado hasta la actualidad, el número de mujeres que los ha conseguido en las categorías científicas (Física, Química y Medicina) es una absoluta minoría que apenas llega al 3%. De hecho, en el año 2021 no hubo ni una mujer laureada.
Para intentar comprender los sesgos que pueden estar en el origen del problema, en el año 2012, un equipo de investigadores de la Universidad de Yale (EE.UU.) llevó a cabo el siguiente experimento: pidió a casi 130 profesores y profesoras universitarios de ciencias que evaluaran la solicitud de un estudiante (enviando un currículum excelente, pero inventado) para ser jefe de laboratorio.
Ese estudiante a veces se llamaba “Jennifer” y a veces “John”. La solicitud era, en cambio, siempre la misma. Los “John” fueron sistemáticamente valorados como mejores candidatos simplemente por el hecho de que detrás de la solicitud hubiera un nombre masculino. Dio igual que el evaluador fuera hombre o mujer. Al resultado se le conoce como “el efecto Jennifer y John“ y evidencia cómo el género influye a la hora de valorar los méritos de una persona.
Estos estereotipos de género no son solo cosa de adultos. Desde la más tierna infancia las niñas se consideran menos brillantes que los chicos, según mostraba otro estudio publicado en la revista Science. Con solo seis años, ya creen que su inteligencia o habilidad intelectual es inferior a la de sus compañeros.
Las mujeres científicas se ven enfrentadas también a otras barreras, como le ocurrió, por ejemplo, a Rosalind Franklin, Jocelyn Bell Burnell o Nettie Stevens. Las tres investigadoras tienen en común que sus logros -descubrir la estructura del ADN, el púlsar y los cromosomas sexuales, respectivamente- no les fueron reconocidos. El mérito se lo llevaron, en cambio, sus colegas masculinos. Es lo que se conoce como “efecto Matilda”.
La Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) presentó la campaña #NoMoreMatildas (No Más Matildas) para denunciar esta injusticia. La iniciativa atravesó fronteras y llegó a la oficina del Parlamento Europeo de Madrid.
El 11f más allá del 11f
Son numerosos los estudios que analizan los motivos por los cuales la carrera científica sigue siendo más complicada para ellas que para ellos. Pero la sociedad necesita a las investigadoras al igual que necesita a los investigadores.
Por eso el CAB (CSIC-INTA) se une desde hace varias ediciones, a la celebración de este día. En el año 2022 se ha lanzado, durante el mes de febrero (del 7 al 25), una campaña especial en redes sociales para dar a conocer los perfiles de varias mujeres investigadoras y tecnólogas del centro. Además, el #11f se celebró una jornada especial, retransmitida en directo a través de nuestro canal de Youtube, en la que mujeres del CAB y el INTA explicaron su día a día, sus vivencias y sus experiencias como mujeres en la ciencia y la tecnología.
No se trata solo de reivindicar desde unas fechas concretas, sino de aprovechar este día internacional para extender su influencia y hacer que el 11f no se quede solo en el día 11 de febrero. Para que todos los niños y niñas tengan referentes en los que reflejarse, para que el entorno cultural no cercene posibles vocaciones y para que los méritos se valoren por igual independientemente del género.
Artículos de referencia:
A study by UCJC warns that only 4.2% of Spanish teenage girls aspire to work in science (Universidad Camilo José Cela, 27/11/2018)
Los problemas actuales de las mujeres en la ciencia (Ester Lázaro, The Conversation, 10/02/2022)
Mujeres en la ciencia: la brecha de género empapa la actividad investigadora (Leyre Flamarique, Izquierda Diario, 11/02/2022)
“Estoy fallando como investigadora y madre”: la COVID-19 amplía la brecha de género en ciencia (Cristina Sáez, 08/06/2020)
¿Dónde están las científicas en la pandemia? La covid-19 las borra del mapa (Cristina Sáez, 31/08/2020)
Informe “Científicas en cifras” 2021, del Ministerio de Ciencia e Innovación.